Un cura siempre es un cura, y cuando a Alfredo se le escapaba algún taco se quedaba sin entrenar. No sirvió de mucho. Años después, a Carneros se le siguen escapando tacos en los partidos, además de broncas con árbitros y rivales... Todo un carácter en la mesa.
El alcalde de Collado Mediano, el señor Guillén, tenía un hijo que también jugaba al tenis de mesa, y bastante bien, por cierto. Así, se creó un club, el orgullo del pueblo. Alfredo fue campeón de España infantil y con sólo 14 años le reclutaron para el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat (Barcelona).
Trotamundos del tenis de mesaLos fines de semana regresaba a Collado Mediano para jugar con el equipo, que había alcanzado la División de Honor. Su madre, nerviosa, prefería no verlo. Cuando él jugaba, ella esperaba fuera del pabellón, mataba el frío con un cigarro y preguntaba a los que salían cómo iba su hijo. Pues bien. Fue campeón de España cadete y junior, y pronto dejó de volver los fines de semana.
Con 19 años le fichó un club sueco (Götteborg), para el que jugó una temporada, en la que tuvo tiempo de pescar una pulmonía para el recuerdo. Después, cinco años en la potente Bundesliga alemana. Vivía de jugar al tenis de mesa, un privilegio, sí, pero la rutina germana se le hizo cuesta arriba.
En 2004, San Sebastián de los Reyes estaba armando un potente equipo para la máxima categoría y su presidente, Luis García, se encaprichó con Alfredo. El esfuerzo económico de unos y otros obró su vuelta a Madrid, donde desde entonces Carneros juega el mejor tenis de mesa de su carrera. ¿Resultado? San Sebastián de los Reyes es la segunda potencia del país y Alfredo se ha convertido en el primer español nacido en España que se clasifica para unos JJOO.